



La acción transcurre en un tranquilo pueblecito de la costa, donde podremos ver cómo un curioso loro se come una MatuPipa y se transforma en el cantante. A partir de ese momento empiezan la alegría y el buen rollo. Peret canta la pegadiza canción mientras todo tipo de personas se le unen, bailando al ritmo de la canción por todo el pueblo y culminando en una fiesta improvisada en la playa hasta el anochecer.