Forzando al límite su maquinaria –y a sus propios compañeros–, cinco grupos de mineros se enfrentan a jornadas maratonianas bajo el sol de medianoche, todo con la esperanza de hacerse ricos en unos cuantos meses.
Claves sobre la T2 de "Buscadores de Oro"
La segunda temporada de “Buscadores de oro”, que National Geographic Channel estrenó el pasado mes de noviembre, nos traslada hasta la nueva fiebre del oro del siglo XXI, en la que varios pequeños negocios familiares se la juegan al todo o nada. Siempre con la vista puesta en conseguir varios millones de dólares en oro, los grupos de mineros trabajan en condiciones peligrosas, en tareas extenuantes y con constantes averías mecánicas, buscando el lugar perfecto para excavar. Las deudas se van acumulando, con la presión que eso supone para las relaciones de amistad y familiares, por eso los equipos necesitan encontrar un filón cuanto antes, si no quieren perder su medio de vida.
Cuando las cuadrillas se reúnen al principio de la temporada y fijan unos objetivos muy ambiciosos, todo el mundo está muy animado. Sin embargo, cuando en los distintos campamentos comienza la actividad, no tardan en producirse averías ni en aparecer compañeros que se niegan a trabajar duro, con lo que las chispas empiezan a saltar.
Además de todo esto, los mineros afrontaron nuevos retos: un incendio forestal se acerca al campamento del novato Cam Johson, 10 Mile Creek; Ken Foy de Moose Creek está a punto de perderlo todo por culpa de un empleado indisciplinado... y un visitante inesperado destroza Sulphur Creek, el campamento de Karl, el más joven de los mineros.
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